miércoles, 14 de diciembre de 2011

Britney complació a sus súbditos venezolanos.



Muy pocas veces se había visto el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar de esa manera. La muchedumbre era abrumadora, miles de fanáticos, alrededor de 9 mil quinientos, quienes desde tempranas horas de la mañana hicieron una infinita cola para poder presenciar uno de los espectáculos más esperados del año. Llantos, gritos desesperados y ensordecedores, el clamor de la gente estaba a flor de piel, allí en ese espacio donde no cabía ni un alma más, la sensualidad de una mujer fatal estaba por desbordarse.

Justo a las 9:00 pm y en la parte más arriba del escenario una pantalla que reflejaba de forma regresiva que en media hora el espectáculo comenzaría. Al terminar el conteo un pegajoso intro musical y su frase emblemática “It’s Britney Bitch” dio por iniciado el concierto.

Hold It Against Me, fue el primer tema del recital. La cantante salió entre las pantallas que reposaban en el escenario vestida de plateado y acompañada de 10 bailarines. Tan pronto como salió, desapareció para salir encerrada en una jaula e interpretando la pieza Up N’ Down, esta vez los bailarines venían disfrazado de policías.

Que pasó Venezuela, cómo están… No los escucho”, fueron las escasas palabras en inglés, con las que la cantante se dirigió a los presentes, mientras los gritos de sus seguidores no se hicieron esperar.


El repertorio continuó con 3 y Piece Of Me, para la ocasión lució un sombrero y abrigo blanco, además de un brillante antifaz. El escenario, que constaba de escaleras a cada lado y puertas corredizas, le permitía a la cantante aparecer y desaparecer con facilidad.

El siguiente tema recayó en Big Fat Bass, que lo hace a dúo junto a Will i.am, quien estuvo presente gracias a la gran pantalla gigante que estaba dispuesta detrás del escenario. Unas grandes cornetas formaban parte del decorado para ese momento, lo que convertían el escenario en una virtual discoteca.

Los presentes quedaron aún más deslumbrados cuando los bailarines salieron al escenario junto a un convertible rosado donde bailaron y cantaron al ritmo de la piezaHow I Roll.

Para el siguiente tema Lace and Leather, la muchedumbre se conmocionó aún más ya que la cantante pidió que subiera una persona del público. El afortunado resultó ser un chico llamado Harold, al que la cantante le dedicó un corto baile sensual.

El espectáculo continuó con If You Seek Amy, para ello lució una vaporosa falda blanca tal como la llevara en sus tiempos Marilyn Monroe. El siguiente segmento estuvo ambientado al mejor estilo egipcio, sus bailarines salieron con un barco mientras ella, interpretando la faraona, era la que comandaba la tripulación, el dorado era el color que más resaltaba en la decoración al igual que en su vestimenta, Gimme More, fue la canción interpretada.

La lista de temas incluyó (Drop Dead) BeautifulBoys y la única balada Don’t Let Me Be The Last To Know, que fue entonada, subida en un columpio y acompañado de un solo bailarín, quizá el momento más emotivo de la velada.

El show que estuvo caracterizado por el playback que hizo la artista, además de su escasa interacción con el público y sus forzados movimientos coreográficos, continuó con temas como Baby One More Time, S&MTrouble For MeI’m A Slave 4 You, se incluyeron en la lista de temas. 

Están listos por más 
Venezuela”, comentó Spears para continuar con I Wanna Go, el tema más enérgico de la noche y al que hizo subir a varias personas del público para bailar al compás del pegajoso estribillo. 

Luego de la falsa despedida regresó con los temas más coreados de la noche que estuvieron a cargo de Womanizer y Toxic. Una lluvia de confeti cerró el tan esperado espectáculo mientras el tema Till The World Ends se escuchaba de fondo. Al final se dispuso en lo alto de un trapecio dejando ver a una Britney con alas de ángel en todo su esplendor, adornando todo el cielo caraqueño. 

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